CULTURA DE PAZ

Principios y Valores
PARA UNA CULTURA DE PAZ


Paz: valor principal de los valores éticos universales. Se concibe en tres dimensiones: En su dimensión individual, como habilidad para vivir en paz consigo mismo; en su dimensión colectiva, como habilidad para vivir en paz con los demás; y en su dimensión global, como habilidad para vivir en paz con la naturaleza. Una cultura de paz es la consecuencia de la puesta en práctica de estos valores.

Respeto: Sentir respeto por alguien es tenerle consideración, miramiento o deferencia. El respeto implica el reconocimiento del otro como tal, así como las particularidades que lo hacen distinto de otros. También trae implícito el compromiso de salvaguardar la integridad de aquello que se respeta, de modo que no sea dañado o agredido por nuestras acciones.

Tolerancia: aceptación de todas las culturas, formas de ser y de pensar, valorando la diversidad como una de las principales riquezas de la humanidad.
Fraternidad: Union entre naciones, en libertad, tolerancia y respeto hacia todas las formas de vida. El respeto por los derechos humanos, la protección a la vida animal y vegetal del planeta. Fraternidad entraña un sentimiento de consideración y cariño hacia toda forma de vida.

Altruismo: Dar a lo demás sin recibir nada a cambio. El altruismo se manifiesta al realizar un trabajo, en bien de nuestros semejantes, sin esperar recompensa alguna. El altruismo o voluntariado se demuestra también en la donación de algún bien para una causa noble.

Amabilidad: Comienza desde el saludo, la sonrisa y el trato cordial. Conlleva el interés por las necesidades de los demás y la disposición para ayudar a satisfacerlas.

Sencillez: La humildad es fruto de una autoestima adecuada, que nos permite tener una apreciación justa de nosotros mismos, ni más, ni menos; lo cual redunda en un actuar sencillo y natural.

Responsabilidad: Etimológicamente significa capacidad para responder. Implica la capacidad para asumir compromisos y cumplirlos más allá de la tarea asignada.

Justicia: Es tener la amplitud de criterio para dar a cada quien lo que le corresponde, actuando correctamente y con equidad.

Lealtad: Fidelidad al orden superior del cual formamos parte y al cual nos hemos comprometido a apoyar.

Prudencia: Es desarrollar el buen juicio, para distinguir certeramente lo bueno de lo malo y obrar en consecuencia. Por lo tanto está íntimamente relacionada con el desarrollo del discernimiento ético. Sin embargo, para actuar con prudencia, no es suficiente que la acción sea justa, buena y equilibrada, debe así mismo, ocurrir en el momento y lugar apropiado.

Templanza: Es moderar el uso excesivo de los sentidos y los deseos, sujetándolos a la razón, para actuar con equilibrio fomentando buenos habitos. La templanza se demuestra en la disciplina, para el cuidado del propio cuerpo, la propia alimentación, lo laboral, estudios, recreación, etc.

Fortaleza y Voluntad: La voluntad es indispensable para generar los cambios que nos hemos determinado a realizar, en virtud de nuestro espíritu de superación. La fortaleza es necesaria para trascender la impulsividad (principal obstáculo de la superación) y lograr así autodominio psicológico. Por lo tanto el ejercicio de la voluntad y la fortaleza, nos permitirá alcanzar congruencia entre nuestro ideal de superación y la conducta cotidiana.

Servicio: Toda actividad o trabajo realizado para ayudar, beneficiar o ser útil a nuestros semejantes, se constituye en un servicio. Una motivación importante para el servicio es sentir el bienestar o felicidad de los demás como propios. Quien, con su servicio, busca el bienestar comunitario, se dice que presta un servicio a la comunidad. Así mismo, el eje de vida, puede fundamentarse en un Alto Ideal de Servicio a nuestros semejantes.

Superación: Estar abierto y dispuesto al cambio que apunta al crecimiento y la mejora continua en todos los órdenes de la vida, ya se trate de un cambio de la propia persona, de sus actitudes y conducta, o bien, de un cambio en los procedimientos y sistemas de trabajo, o del medio ambiente donde nos desenvolvemos.

Atención y Cuidado: La atención implica el tomar en cuenta a alguien, velar por un asunto o persona y satisfacer las necesidades. Aún más, la persona cuidadosa es capaz de asistir, conservar o proteger algo a alguien. El cuidado incluye la solicitud y el esmero para hacer bien algo.

Orden, Limpieza y Puntualidad: El orden es colocar las cosas en el lugar que les corresponde. Va más allá de acomodar cosas y objetos; es poner todas las cosas de nuestra vida en su lugar. La limpieza abarca tanto nuestra propia prestancia, como la de nuestro lugar de trabajo. La puntualidad implica el respeto a los tiempos acordados.

Cooperación: Implica unir fuerzas, ideas, sumar esfuerzos y estar en la disposición de ofrecer ayuda a nuestros compañeros de labores, así como solicitarla cuando la requerimos. El sentido de la cooperación nace de un compromiso con el equipo de trabajo, con sus metas y objetivos.

Capacidad para el Dialógo: Es la capacidad para sostener una comunicación eficaz y oportuna. Requiere poner en juego la empatía para comprender bien los mensajes y expresar el punto de vista correctamente. Incluye estar receptivo y predispuesto a solucionar las diferencias mediante la comunicación.

Creatividad: La capacidad para relacionar elementos y generar un producto o servicio innovador, en el orden de las ciencias, la filosofía, las artes y la didáctica, entre otros.

Pro-Actividad: Es la capacidad de darse cuenta de una necesidad o problema, para asumir la responsabilidad de solucionarlo. Se relaciona también con el ser propositivo, mas que crítico, en la búsqueda de soluciones. Generalmente una persona pro-activa demuestra una actitud emprendedora para la generación de medios de producción de recursos económicos.

Poder de Síntesis: Este valor nos permite abordar todos los temas con una visión de conjunto, con un enfoque integral. Por ejemplo, el desarrollo humano, puede fragmentarse y reducirse al mero desarrollo económico, pero la visión de síntesis nos obliga a abordar de manera integral el desarrollo del hombre, atendiendo a todas sus dimensiones, cualidad que permite una comprensión global.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias.
Que Dios te conceda la Paz.

Bs.As, Argentina

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